UN GRITO EN LAS AGUAS CENAGOSAS
¡Ay! Plinio Enrique "El Pescador"
Vengo de mares lejanos
A estas orillas de caracuchas y cangrejos,
De conchas y raíces,
A ofrendarte manojos de arena blanca
Trenchados con bejucos y corales.
Vengo vigía
Entre palmeras, garzas, lagartijas y flores
Busco tu anzuelo dorado
Para tragarlo
Y guardarlo en mis entrañas.
Venme aquí, inerme, quieta, solitaria
A orillas de estas playas
Húmedas como tu boca...
Calientes como el sol.
¿Cuánto tiempo esperándote?
Esperando que regreses
Con la brisa de la mar.
¡Ay! Plinio Enrique "El Pescador"
Vengo por tu anzuelo dorado de esperanza
Ven que quiero llevarte
A lo más hondo del océano
Cuando llegue el ocaso de la tarde
Y la negrura de la mar.
¿Dónde estás?
Plinio Enrique "El Pescador"
¿Dónde tus peces muertos?
¿Dónde tu sonrisa?
¿Dónde tu pez de cada día?
¿Dónde tus ilusiones de cayuco
Iluminado por la luna
Deslizándose en la mar?
¿Dónde el instante que te llevó?
¡Llévame contigo!
¡Atrápame en tu red!
Donde no hay tiempo
Donde no hay espacio
Llévame al alba infinita de la mar.
Llévame donde no hay dolor
Llévame donde no hay ayer
Ni mañana.
Solo agua... agua...
Atrápame en tu red de esperanza
Y sabor a sal
Donde pescaste alboradas y ocasos
Del sol brillante que se va.
Atrápame en tu red
Que trenchabas en tu cuerpo de azabache
Como constelación de estrellas.
¡Atrápame en tu red sin fondo!
Atrápame junto al laurel,
Junto a la raya,
Junto a la sierra,
Junto al bendito sable.
Atrápame
Junto al cayuco enamorado
Que se queja y se va.
¡Ay! Plinio Enrique "El Pescador"
Saboreando tu ausencia
En remolinos de arena blanca
Y agua callada de temor.
¿Por qué no luchaste contra la mar?
¿Porqué la espuma del agua
Como manto marino negro
No me dejó mirarte por última vez,
Tu última sonrisa
Sonrisa de muerto?
¿Porqué te fuiste como canoero loco,
Contra arrecifes y peñones?
Ven, huyamos juntos...
Donde no hay dolor
Junto a caracoles, y delfines
Llévame lejos de víboras, caimanes y guios
Llévame a lo más hondo de la oscuridad y de la luz.
Llévame por recónditos caminos de amazonas.
Llévame al silencio
Llévame a la nada
Llévame a Dios.
¡Ay! ¡Llévame Plinio Enrique "El Pescador"!
Llévame donde muere la noche y nace el día
En medio de arreboles
De cantos y caricias,
Del viento que pasa y se va.
Llévame donde muere el sol
Llévame al ocaso
Llévame al silencio desfigurado del adiós.
Héctor Lorza
Guajira, diciembre de 2.000
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