“LA ZORRA ROJA”
De
Héctor León Gallego Lorza
“Si este esfuerzo de amor,
Pesadilla y sueño, significara
Algo para alguien; quiero dedicárselo
A mis dos grandes amores,
A Mónica y
A mi ramillete de Laurel”
Índice
Introducción…………………………………………………………Pag
Personajes……………………………………………………………Pag
Escena I………………………………………………………………pag
Escena II……………………………………………………………..pág
Escena III……………………………........................................... pág
Escena IV…………………………………………………………….pág
Escena V……………………………………………………………..pág
Escena VI……………………………............................................ pág
Escena VII…………………………………………………………… pág
Escena VIII………………………………………………………….. pág
Escena IX……………………………………………………………. pág
Escena X………………………………………………………………pág
Escena XI…………………………………………………………….. pág
Escena XII…………………………………………………………… pág
Escena XIII……………………………………………………………pág
Escena XIV………………………………………………………….. pág
Escena XV…………………………………………………………… pág
Escena XVI…………………………………………………………. pág
Escena XVII………………………………………………………… pág
Escena XVIII……………………………………………………….. pág
Índice……………………………………………………………….. pág
Glosario………………………………………………………………pág
Introducciòn
¿Cómo escribes tu dramaturgia?
“Una dramaturgia donde no haya violencia,
Es una dramaturgia muerta sin vida,
Solo en la contradicción de la violencia
Podemos exorcizar el alma
De los hombres.”
Escribo por una profunda necesidad de hablar, de no callar por miedo, pero con miedo. Intentare a través de estas cortas ideas; compartir con ustedes, mi experiencia entre mi existir y el escribir, atravesadas ambas por la presencia constante de la muerte y el fracaso.
Desde mi quehacer como actor, director, autor y educador, me tomo el derecho de opinar sobre la vida. Sobre mi vida, que es la vida de otros. Sobre mi mundo, que es el mundo de otros. Sobre el dolor y la alegría, que es el dolor y la alegría de otros. Sobre el Medellín de hoy.
Escribir, es vivir una aventura. Un viaje hacia el interior de uno mismo. Es morir un poco, porque el texto es uno mismo. Es un viaje de vida y de muerte. Es un acto de transmisión del dolor. Es el compartir con otro el dolor de una herida, que no te deja dormir.
Y para encontrar mi cura, debo saber:
¿Cuál es mi pulsión?
¿Qué es lo que me incomoda?
¿Qué es lo que no me deja dormir?
¿Cuál es mi herida?
¿Cuál es mi emergencia?
¿Cuál es mi crisis?
¿Cuál es mi necesidad?
¿Cuál es mi caos?
¿Cuál es mi duende?
¿A que orden quiero llegar?
¿Cuál es mi obsesión?
¿Cuál es la enfermedad que padezco?
A partir de estas preguntas, me instauro frente a una sociedad que me ha negado, los derechos fundamentales para vivir dignamente:
· Derecho al trabajo.
· Derecho al estudio.
· Derecho a pensar.
· Derecho a expresarme.
· Derecho a reconocer mi sexualidad sin pecado ni culpa.
· Derecho a no tolerar la hipocresía. El engaño, la traición como modelos de relación humana.
Desde aquí comienzo a inventar un personaje que de cuenta de esta crisis.
Escribo reinventando la dignidad.
Escribo desde una profunda necesidad de comunicar. De contar. De compartir con otro, el dolor de uno mismo, que es el dolor de otro. Mi intensión es comunicar. Cuando uno escribe es para otro. Ese lector u oyente se convierte en un punto, en un personaje, y viene a formar parte de la historia, al igual que el propio autor. Entra a formar parte de mi obsesión.
Es mi obra el grito contenido e impotente del niño que observa y calla, mirando con sus ojos de inocencia, con su impotente inocencia, con su inocencia de santo.
No invento lo que escribo lo padezco.
Me conmuevo, luego escribo.
Soy sin querer un espectador de la muerte. Me importa la muerte como momento singular, individualizador y efímero como el mismo sueño.
Escribo pensando que soy la memoria de esos muertos que el olvido enterró, de los que ya no están. Los revivo a través de la memoria de otros. Los revivo a través de la memoria del otro que hay en mí. Los revivo a través de la memoria del niño.
“escribo porque escucho los pasos de los muertos existiendo como existen los vivos.”
“intento configurar una historia, con una idea mas o menos evidente de la justicia de los muertos sobre los vivos y de la justicia entre los vivos.”
La imagen generadora de mis obras, son cuadros populares. Personajes invisibles. Personajes que merodean como fantasmas, las laderas de mi ciudad. Mis personajes son seres desclasados, parias, lumpen-proletario, que hablan no solo para reivindicar nada, sino para reconocerse como seres que habitan esta ciudad.
Cuando escribo me instauro frente a una sociedad que me lo ha negado todo, menos el de soñar (Porque este milagro no es propiedad de ellos), el de imaginar un mundo mejor, un mundo donde la hipocresía, la mentira, la envidia, la traición, el prejuicio, la guerra, no tengan sentido de ser. Una sociedad donde los dramaturgos no tenga necesidad de ser.
Me instauro frente a una sociedad que se hace llamar humanista- artista, pero practican la hipocresía, la traición y sobre todo que tienen el humanismo como una virtud de la vanidad.
Escribo desde una profunda incomodidad de mí ser, con la sociedad.
¿Dónde están los humanistas que no los veo?
Veo es un montón de vanidosos con pretensión de gente especial. Especulan con el humanismo.
Escribo pensando que soy la voz de muchas voces apagadas, que me habitan desde el pasado, de esta ciudad. Soy testigo ocular de mi tiempo. Soy un testimonio crudo del Medellín del S. XXI. Es mi dramaturgia un testimonio social. Es mi obra un lugar para el retrato y la denuncia social. Quiero acercarme a un realismo duro, como en un documental de cine.
Escribo pensando en que escribo cartas de amor, en las que exploro diferentes maneras de decirlo, y dígalo como lo diga, siempre será el fracaso.
Escribo pensando, que si me gusta a mi, es posible que le guste a otro.
¿Acaso sea placentero volver a sentirse otro?
Padezco la degradación de mis personajes. Escribo por necesidad de calmar mi corazón.
Escribo pensando en ¿Cuál es la fisiología de mis personajes? Son seres vivos. No olvides que son personajes de carne, piel, sangre y huesos.
Escribo en que estoy en grave peligro de muerte. Lo que me da vida. Lo que me anima. Lo que me da alma. Escribo pensando que hago una revelación, de algo intimo y sagrado para mí, a otro. La confesión hecha palabra y escritura.
La función poética como reto de mi escritura.
Escribo haciéndome preguntas que el texto va respondiendo.
Lo que la sociedad y el buen pensar quieren es que:
· Ames a tu padre,
· Que ames a tu maestro,
· Que ames a tu patrón,
· Que ames a tu enemigo,
· Que ame tu patria, que es de otro.
No trabajo con ese amor, trabajo con la frustración y la desesperanza. Con la exclusión. Mis personajes son seres excluidos de la sociedad. Ciudadanos sin futuro. Ciudadanos invisibles, que deambulan como fantasmas, en un mundo que no es de ellos.
“El alma para expresarse necesita despojarse de todo lo accesorio, del orden y de las reglas, para entrar en el mundo del sentimiento sin adornos.” (1)
Pienso que a través de la escritura se puede exorcizar. Se sitúa el mal ahí donde podemos verlo y actuar sobre el. Uno se exculpa sacando la culpa fuera de si y diciéndola, gritándola, escribiéndola, pronunciando en palabras lo que duele, y se restaura el equilibrio perdido mediante la penitencia.
Uno de los motivos del arte es el de curar. Busco la cura en cada obra que escribo. Me calma un poco, pero es tanto el horror de mi tiempo, que luego viene de nuevo la crisis. Creo que no habrá cura para este mal de horror, que me acompañara quizás hasta la muerte. Es mi dramaturgia un producto de mi crisis. Lo que escribo es mi tiempo. Vivo un tiempo de crisis. Es mi teatro un teatro de crisis.
Buscamos como locos asirnos a algo para no morir. En mi caso el teatro y la escritura.
Escribir es un viaje hacia el interior de mi dolor. Trato de ser lo peor para ser lo mejor. La escritura es un medio. Una manera de expresarnos. Un grito. Un lamento. Un aullido, pero la responsabilidad no esta allí, si no en el mundo en cada momento que uno vive y grita con los demás.
Escribo a partir de la realidad que vivo. Lo que escucho, lo que veo, lo que me cuentan, lo que sienten las personas, lugares y momentos del Medellín del siglo XXI.
Todo lo que escucho y veo, lo estructuro con relación a lo que quiero comunicar. Creo unas circunstancias particulares. En un Tiempo y un Espacio particular a esos seres, y dejo que a través de sus interrelaciones vayan cobrando vida, y compartan con nosotros esas sensaciones y ganas de vivir.
Escribo sobre la ciudad. De lo que la constituye, personas de carne y hueso, de los sueños perdidos, de los continuos fracasos. Lugares donde deviene la vida y la muerte. En un fluir interminable de mutilados que van y vienen, igual que sus calles, a ninguna parte.
Invento un espacio, donde todos aparecen buscando un sentido, buscando un consuelo, al que todos vienen a experimentar algo que en otras circunstancias no tolerarían ni querían experimentar, con la esperanza de decir lo que no alcanzaron a decir. Se fueron con su olor de muerto.
Trabajo un espacio prohibido. Intimo: El cuerpo. Quiero inventar cuadros “Como en pintura como la permanencia de lo que debe ser inolvidable. Un lugar donde albergar, la ausencia. Lo que es y no esta.” ( )
Escribo pensando en ese momento de encuentro, con el lector o espectador.
La manera en la que uso mi dramaturgia es un acceso a una realidad posible, como la realización, aunque sea temporal de una realidad deseada.
Escribo textos vertiginosos, obscenos, vulgares y agresivos como percibo mi ciudad. Es una realidad de la que nadie quiere saber pero que todos ven. Soy un producto de mi tiempo.
Mi imagen evocadora es el grito desesperado, convulsivo, de los que ya no están, de los que nadie dijo nada, de los que nadie lloro, de los que nadie enterró. “de los que escucho sus pasos existiendo como existen los vivos.”
Es mi obra un recordatorio de katti, que representa todos los Travestis muertos de mi ciudad. Que nadie lloro. Los muertos que a nadie importó… Más que a estas calles, y a este amanecer que fueron tus confidentes. Nadie te vera porque la infamia es invisible. Mañana socarronamente la gente comentará ¿A quien mataron? ¿Quién fue el muerto? Y otros responderán: Dicen que un travesti de la calle. ¿Quién sabe que habrá hecho? ¡Por nada no lo matan a uno! ¡Por algo lo mataron!
Escribo pensando en las sensaciones que despiertan mis muertos sobre los vivos, y a partir del concepto antihéroe comienzo a buscarlo dentro y fuera de mi, encontrando pautas que conectan, perdiéndome en los limites, ya sin reconocer la fronteras, ya no se sabe que es la vida y que es la ficción.
Escribo sobre lo que todos quisieran decir, pero no lo dicen, sobre lo que todos quisieran mostrar, pero lo ocultan. Escribo al borde del llanto. Las palabras lloran por mí.
Escribo pensando que tengo un compromiso con mi época: Veo la violencia como un instrumento imprescindible del poder, veo la dramaturgia como un instrumento imprescindible contra ese poder.
Héctor León Gallego Lorza.
25 de septiembre del 2005.
PERSONAJES
(Por orden de aparición)
· El Portero
· Katti
· Miguel, el taxista
· Nora, esposa de Miguel
· El Niño
· El Padre
· Don Alfredo, el maestro
· El Mono Gabriel
· El Bandido
· Fabián
· Un Encapuchado
· Otro Encapuchado
· El Celador
· La Mujer
· Leo
· Luciano, el cantinero
· Los taxistas
· El Hombre de la tarjeta
ESCENA I
EXTERIOR BAR
NOCHE
CALLES DE MEDELLIN
(Bar gay).
EL PORTERO:
¡Solo show! ¡Solo show! ¡Solo show! ¡Venga entre! No se lo pierda: Katti en función. ¡No se la pierda! ¡Solo show! ¡Solo show! ¡Solo show! (Llega un taxi. Se baja una mujer. El taxi se marcha. La mujer saluda al portero. Entra al bar. Llega en medio de miradas y comentarios de los clientes que esperan comience el show. Se dirige a la barra. Pide un ron. Se lo sirven. Se lo toma. Entra por una puerta. Desaparece).
ESCENA II
INTERIOR CASA
MADRUGADA CUATRO DE LA MAÑANA
(Suena el tema de salsa “Agúzate” de Richie Ray and Bobby Cruz. Estamos en un bar. Bailan parejas de hombres y parejas de mujeres. Van vestidos de enfermera. De policía. De bombero. De travesti. De sirvienta. Aparece una cama de hospital en la pista con sus durmientes. Arrastrada por dos hombres. Las parejas bailan en torno a la cama. Acechan la cama con ademanes sexuales y lascivos. Ahora estamos en un hospital. La cama es arrastrada por largos y solitarios pasillos. Penumbra. Todo es blanco. Aparecen por otros pasillos. Cruzar otras camillas. Pasan enfermos, enfermas, enfermeros, enfermeras, doctores, doctoras. Aparecen taxis. Muchos taxis amarillos. A veces grandes o muy pequeños, por todos los pasillos. Unos paran para dar paso a otros. Siguen interminables. Todo se entre-cruza. Todo va aumentando su velocidad. Vertiginoso. Estamos en un tráfico de taxis y gente. Ahora vemos la cama rodando sola. Todos bailan. Los carros marchan. La cama va aumentando su velocidad y cae al vacio por un ventanal. Los durmientes siguen durmiendo. La cama cae. Suena un timbre de un reloj despertador. Suena otro. Y otro. Y otro. Se hace un coro de timbres. Termina la música. Las parejas se sientan en diferentes mesas. Quitándose sus vestidos, quedando con otros. Aparece una cabeza de entre las cobijas asustada).
NORA:
(Apagando un reloj despertador).
¿Qué pasa? ¿Qué te pasa?
MIGUEL:
Tuve una pesadilla ¡terrible! ¡Terrible! Todo era tan raro. Menos mal era un sueño.
NORA:
¿Qué soñaste? (Silencio). Dicen que los sueños son verdad, o que son promoción de algo que va a suceder. ¿Qué soñaste? ¿Algo bueno o malo?
MIGUEL:
Todo era rápido e incoherente. Y todo era grande, o muy pequeñito. Estábamos dormidos en una cama gigantesca de hospital y rodeado de muchos taxis amarillos. Pequeñitos. Y caíamos por un abismo. Sin parar. Tuve una pesadilla. ¿Qué es una pesadilla? ¿Malo o bueno? Yo no se.
NORA:
Ya son las cuatro de la mañana. Hora de levantarte.
MIGUEL:
(Incorporándose).
¡Bendito sea Dios! (Se santigua). ¡Menos mal era un sueño! Otro día que debo. Otro día que comienza para unos y terminan para otros. Esperemos como nos va hoy.
NORA:
Recordá papi que hoy debés recogerme a las nueve de la mañana para ir al médico.
MIGUEL:
¡Aquí estaré! tiempo suficiente para seguir soñando o para seguir en pesadilla.
(Suena el teléfono).
NORA:
¡Tan de mañana! ¿Quién será?
(Va a contestar. Miguel la detiene).
MIGUEL:
Ven, yo contesto. ¿Aló?
VOZ:
¿Miguel?
MIGUEL:
¿Qué hubo?
VOZ:
¡Todo listo! Cuatro millones de pesos.
(Cuelgan el teléfono. Miguel se queda con el teléfono en la mano. Piensa un momento. Marca un número. Espera).
VOZ:
¿A la orden?
MIGUEL:
¿Alonso?
VOZ:
¿Qué hubo?
MIGUEL:
¡Todo listo! Dos millones de pesos.
(Cuelga el teléfono).
NORA:
¿Qué pasa papi? ¿Pasa algo?
MIGUEL:
Nada. Todo bien. Voy a bañarme y a ganarme la plática como Dios manda.
NORA:
¡Te amo papi! ¡Te amo!
(Lo besa. Oscuridad).
ESCENA III
INTERIOR
HABITACIÒN
(En el piso, esparcida desordenadamente, ropa femenina. Parado inmóvil frente a un gran espejo, Julián a los nueve años. Toma un pintalabios y se lo aplica inocentemente. Silencio. Se contempla. Se quita el sombrero quedando al descubierto su cabeza rapada. Se mira. Suelta el sirio sobre alguna ropa. Se quita los guantes blancos. Se ve en su dedo un gran anillo amarillo y sus uñas pintadas de rojo. Silencio. Se quita el saco del cual cuelgan algunas insignias sagradas. Lo suelta al suelo. Suena un violín. Se mira la camisa. Se la toca con las dos manos y las desliza sobre esta. Silencio. Se quita la corbata. Quita las mancornas. Desabrocha su camisa, botón por botón. Suena el violín. Silencio. Se quita su camisa, dejando ver sobre su pecho un hermoso y delicado brasier de niña. Silencio. Penumbra roja. Se quita la correa. Se quita los mocasines negros y puntudos. Lleva una media rota. Suena un órgano. Nos recuerda la música de la iglesia. Presenciamos un acto muy sagrado, pero no solemne. Se quita los pantalones, quedando en interiores de niña. Se quita las medias sin agacharse. Lleva las uñas igualmente pintadas de rojo. Suena el violín y el órgano. Se contempla frente al espejo. Sus ojos poseen un brillo especial. Se entre-abre la puerta. Entra alguien. Julián lo mira y le grita).
JULIÀN:
¡Metido!
(Oscuridad).
ESCENA IV
INTERIOR
SALÒN DE CLASE
DÍA
(Don Alfredo sentado, frente a los alumnos. Llama a lista. Llega Julián en minifalda. Todos lo miran. Se sienta. Don Alfredo se levanta de la silla, mirando a Julián. Silencio).
DON ALFREDO:
Julián, ¿Habló usted con el rector? (Silencio. Sus compañeros lo miran) Salga y hasta que no hable con el rector, no puede entrar a clase.
(Julián lo mira. Se para haciendo ademanes de mujer. Sale. Don Alfredo cierra la reja. Julián se vuelve pegándose de la reja lascivamente).
JULIÁN:
¿Sabe que profe? Yo no quiero estudiar, porque su educación no acepta personas diferentes a ustedes. Ustedes son racistas. Perversos escondidos, en el polvo de la tiza. Perversos escondidos debajo de la corbata. Yo vivo la incertidumbre de vivir atrapado en el otro. Atrapado en mi deseo, atrapado en este cuerpo de hombre. Me siento una mujer y ustedes no lo toleran. Me excluye por ser lo que soy. Porque ando sin hipocresías. Quiero tener la libertad de decidir, como vivir, y no vivir con el temor de ser señalado por ustedes. No soy un clandestino. Quiero vivir sin pecado y amigo del mundo. No soy terrorista y no quiero ocultar mi rostro.
¡Quiero vivir en sociedad!
¡No quiero ser un noctámbulo incomprendido!
¿Sabe que profe? Me siento libre porque vivo como pienso. Sin hipocresía. Soy como soy. Si no alcanza a imaginar siquiera. Yo también amo. Yo también busco y sueño un mundo mejor. A pesar de que me miran como un ser extraño. Y me niegan el derecho a decidir vivir como me da la gana.
Soy hijo de la derrota. Soy hincha del Medellín. De los sin futuro. De los de alguna vez. Algún día. Mañana será. Soy hijo de la desesperanza. De la colcha de retazos rotos. Rebujando sueños encontré pesadillas. Pero que importa. Si en el fondo, el hombre más bello, la mujer más tetona, el vacio más profundo, el mapa más grande, el hombre más inteligente, la obra más hermosa, no iremos a ninguna parte. Solo ahora, aquí, abrumado, por estas palabras frías como el hielo. Solo vivir, cantar, transformarme. Huir lejos de esta oscura luz del día, y dejarme sin ayer. Sin mañana. Sin nombre. Sin memoria. Solo ahora, en este instante. Innombrable. Invisible. (Se baja de la reja. Se va. Para de caminar. Los mira.) ¡Chao¡ ¡ Los amo a todos! (Oscuridad).
ESCENA V
EXTERIOR KIOSKO
TARDE DE LA NOCHE
CALLES DE MEDELLÍN
(En el kiosco un combo de muchachos beben, fuman, farrean. Todo es silencio. Solo se escuchan sus voces de ebrios. Llega un taxi con las luces prendidasdas. Se acerca un hombre que sale del combo, hacia el taxi).
EL MONO GABRIEL:
¿Qué necesitan?
(Se apagan las luces del taxi. Se bajan dos encapuchados de revolver en mano. Todos se quedan quietos. Los encapuchados les apuntan).
UN ENCAPUCHADO:
¿Dónde esta el jibaro? ¿Dónde esta la vareta? (Esculcan el lugar) ¿Dónde esta el Mono?
(Silencio). ¡Tírense al suelo!
(Silencio. Nadie dice nada. No se mueven).
OTRO ENCAPUCHADO:
¡Que se tiren al suelo! ¿No oyeron o que?
(Los amenazan con disparar).
UN ENCAPUCHADO:
¿Dónde esta el Mono?
(Silencio. Tensión extrema).
OTRO ENCAPUCHADO:
¡Peguemos a un marica de estos! (Al escuchar esto, los muchachos huyen en estampida. Suenan los tiros. Cae un hombre al suelo).
UN ENCAPUCHADO:
¡Velo! ¡Allá calló! ¡Allá calló!
OTRO ENCAPUCHADO:
¡Dale duro a ese marica! ¡Dale duro! (Corren hacia él. Le van a disparar de nuevo. El hombre saca un revolver y responde a la agresión. Los encapuchados corren, se montan al taxi. Huyen. Silencio. Oscuridad).
ESCENA VI
CALLES DE MEDELLÍN
NOCHE
(Suena el tema de salsa “Camino al Barrio” de Willi Colón. Por la calle va caminando Julián. Lleva un maletín. En una esquina oscura se detiene. Observa no ser mirado. Saca del maletín una peluca. Se la coloca. Saca una falda negra de cuero brillante. Se quita los pantalones. Se pone la falda. Arroja los zapatos a la calle. Aparece una mujer corriendo hacia él. Va ebria. Le arroja al piso un par de tacones blancos que trae en sus manos. La mujer se aleja corriendo. Katti la mira irse. Toma los tacones y se los pone. Camina unos pasos. Silencio. Se quita la camisa. Queda en brasier. Se pone una blusa roja de manga larga. Saca un pintalabios. Guarda toda la ropa en el maletín. Lo cierra y lo tira sobre el techo de una casa. Se va caminando y aplicándose el pintalabios. Oscuridad).
ESCENA VII
INTERIOR CASA
NUEVE DE LA MAÑANA
(Llega Miguel a su casa con un brazo vendado).
NORA:
¡Ay mi amor! ¿Qué te paso?
MIGUEL:
Me atracaron esta mañana. Recogí una pareja en el centro, iban para Zamora y allá me atracaron, me pidieron las llaves del carro y me les volé, y comenzaron a dispararme. ¡Estoy vivo de milagro!
NORA:
Eso era lo que te quería advertir el sueño. ¿No crees?
MIGUEL:
No se. Sea lo que sea ya estoy aquí. ¡Vivito y coliando!
NORA:
Mi amor tenés que cuidarte mucho. Casi te matan esos ladrones. ¿Y los quedaste reconociendo?
MIGUEL:
Todo fue muy rápido. Fue una pareja. ¿Quién sabe quienes eran? ¿Estas lista?
NORA:
Si. Vamos. (Abren la puerta. Salen. Oscuridad).
ESCENA VIII
EXTERIOR KIOSKO
NOCHE
CALLES DE MEDELLÍN
(Esta sonando la música de la escena V. “Camino al Barrio” de Willi Colón. Llega Katti a un kiosco. Silencio. Observa no ser mirada. Toca la ventana con una moneda. Calla la música. Silencio. Vuelve y toca).
FABIAN:
(Desde el interior del kiosco). Si.
KATTI:
Un armao.
FABIAN:
Esta muy tarde ya. (Silencio).
KATTI:
Bueno, véndame dos.
FABIAN:
Esta muy tarde ya. (Silencio).
KATTI:
Oiga, entonces véndame dos armaos y un metro de Pérez. (Silencio).
FABIAN:
A ver pues, y te largas rápido de aquí que nos banderías el parche. (Se abre una ventanita. Katti mete la plata por allí. Se cierra la ventanita. La dejan esperando. Vuelve y toca. Nadie le abre. Grita).
KATTI:
¡Oiga la plata!
FABIAN:
¿Sabes que marica? Te largas de aquí, o te hacemos ir. (Silencio. Katti se aleja haciéndose en un extremo del kiosco. Sale en silencio un hombre, al ver a Katti, saca un paquete y se lo entrega).
EL MONO GABRIEL:
Guárdame esto y no lo digas nada a nadie. (El Mono Gabriel se hace en el otro extremo del kiosco. Aparece otro hombre con una cerveza en la mano. Aparece otro fumando. Se instalan en el kiosco. De vez en cuando miran a Katti. Aparece Fabián con un revolver en la mano. Con odio amenaza al Bandido. Lo tira al suelo. Le apunta con el revolver).
FABIAN:
¡A ver Bandido lo mío! ¿Me vas a torcer? ¿Te vas a hacer matar? ¿Dónde esta lo mío?
(Le da un cachazo).
EL BANDIDO:
(En el suelo y asustado). Yo no me he robado nada. Ahí estaba cuando yo Salí. Pregunte hermano. Pregunte. (Fabián lo estruja con violencia).
FABIAN:
¿Entonces que Bandido? (Silencio). ¿Creen que me van a entrar al baile con lo mío? ¿Te vas hacer matar? ¡Entrégame lo mío!
EL BANDIDO:
Yo no se nada hermano. ¡Ahí estaba! ¡Yo lo vi! ¡Ahí estaba! Alguien lo debió haber cogido. ¡Yo no fui!
FABIAN:
(Con ira). ¡De aquí no se mueve nadie! ¡Porque lo pego! (Coge uno por uno y les hace bajar los pantalones. Los esculca mientras los amenaza con el revolver. A un lado, en silencio Katti. Todo es penumbra).
EL BANDIDO:
¡Eso lo tuvo que haber cogido El Mono! (Silencio. El Mono lo mira. Asombrado por la acusación). ¡Era el único que sabia donde estaba! ¡Yo lo vi caer a la casa de orejas, muy visajozo!
EL MONO GABRIEL:
¿Cómo así Bandido? ¿Usted me vio? Si yo no me he movido de aquí.
EL BANDIDO:
Eso fue más temprano.
FABIAN:
¡Ah si! ¡Míralo! ¡Dizque faltándome! Voy a ir donde Orejas, y ojala sea mentira monito. Si allá esta lo que busco, enseguida hablamos pirobo.
EL MONO GABRIEL:
¡Vaya mijo! Vaya. ¡Aquí lo espero! ¡Yo no he cogido nada! (Fabián sale. El Mono hacia el Bandido amenazante). ¡No sea bocón bandido! ¡A usted que le importa nada! ¡No sea metido! ¡Me vas hacer matar! ¿O que?
(Oscuridad).
ESCENA IX
INTERIOR TAXI
NOCHE
CALLES DE MEDELLÍN
(Katti parada en una calle, espera coger un taxi. Se detiene uno. Se sube).
EL TAXISTA:
(Mirando por el retrovisor). ¡Buenas noches! ¿A dónde vamos señorita?
KATTI:
A la playa con córdoba. (Silencio. Le merma al pasacintas. Esta sonando el tema de salsa “Mata Que Dios Perdona” de Jorge Cabrera. Silencio. Mirando a Katti por el retrovisor).
EL TAXISTA:
¡Que guerra tan tesa! EE.UU ya invadió a Irak. ¿Qué le parece?
KATTI:
(Con espavientos. Es bullosa cuando habla). ¡Dios santo! Los gringos invaden a Irak y el mundo entero lo ve como un partido de futbol. ¡Que mierda! Prefiero ser una mujer y no un macho. El hombre no ha conocido la felicidad. Todo el tiempo odia. (Silencio). El hombre es un ser frustrado y amargado, tiene complejo de superioridad y de esta manera atropella olímpicamente la razón. ¡Que mentira! Todo es ¡sangre por aceite! Vivimos una pesadilla. (Silencio). ¿Cierto que la vida misma parece una pesadilla? (Silencio.) ¡Si muy tenas la guerra! (Silencio). ¿Y que le parece de la de aquí?, la que vivimos en Medellín, esta si que es tenas también, ¡y nadie dice nada!
EL TAXISTA:
Si. Esta ciudad es muy violenta y nadie dice nada. (Silencio). Imagínese que la semana pasada por San Juan, buscando una carrera, cuando de pronto, un agite. Mucho taxi. Mucho taxi. Me acerque para ver que era y me baje, me di cuenta que habían cogido un ladrón y lo iban a enmaletar, y antes que lo enmalletaran le estaban dando la pela. Entonces saque mi navaja y le pegue la mía, ¡por ladrón! (Un escalofrío recorre el cuerpo de Katti. Silencio). Si. Esta ciudad es muy violenta y nadie dice nada. ¡Ladrones hifueputas!
KATTI:
¡Uy tremendo! (Silencio. Aparenta tranquilidad).
EL TAXISTA:
Y vea la hora que es. Y sin hacerme la platica mía todavía y valla que llegue a la casa sin plata. A ver como me reciben.
KATTI:
(Silencio). ¿Y este taxi es suyo?
EL TAXISTA:
¡Mío! ¡Ojala! Es de un cuñado mío. Yo lo trabajo de noche.
KATTI:
¿Le gusta trabajar de noche?
EL TAXISTA:
Si. Yo soy como las putas: Duermo de día y trabajo de noche. (Silencio.) ¿Y usted mamacita va a trabajar?
KATTI:
(No sabe que decir). Voy a encontrarme con un amigo.
EL TAXISTA:
Ah que bien. Hay que apretarle las guevas a los pillos de vez en cuando. Lo mismo que a esos maricas ladrones, para que no se olviden de que nosotros, también existimos en esta ciudad. (Silencio. Katti tiene miedo. No se mueve).
KATTI:
¿Cómo así? ¿Qué pasa con los maricas señor?
EL TAXISTA:
Son muy inmorales señorita. Y le dan muy mal aspecto a la ciudad. Además son ladrones. Tenga mucho cuidada con esos maricas señorita. (Silencio). Una vez se me subió uno pero, para que le cuento ¡Que mamacita! ¡Ese nació para mujer! ¡Tan lindo! Tenia que ser marica. Yo le pregunte: Mamita ¿para donde vamos? Y ella me respondió: ¿Cómo así papito que para donde vamos? Para “Caballo Blanco” a conseguir marido. Y la lleve por la parte mas oscura, por la iguana, y por allí me hice el varado. (Katti se queda perpleja. Tiene miedo. La oscuridad se hace mas fuerte). Me baje del carro. Abrí la tapa del motor. Revise sin revisar. Saque un trapo rojo y comencé hacerme el que limpiaba. Luego cerré la tapa del motor y me subí al carro. Y cuando iba a arrancar, no me aguante mas y le dije: Venga papito ¡Chúpemelo, bien rico! Yo le pago. Entonces el marica me dijo: ¿Qué le pasa mijo? Suerte lléveme a “Caballo Blanco”. Yo le insistí: ¡Que me lo chupes o te querés morir! Le saque un revolver y se me quedo quietecita, quietecita. Y pálida como un tomate. Ni para que le cuento… por allá la deje tirada. ¡Pobre marica! (Katti sigue quieta. Sin aliento. La oscuridad se hace más fuerte intuyendo algo terrible. El taxista detiene el carro muy despacio).
KATTI:
(Tartamudea por el susto). ¿Qué ha pasado? ¿Por qué se detiene en estos puentes?
EL TAXISTA:
Venga mamita ¡Chúpemelo! ¡Chúpemelo bien rico¡ ¡Yo le pago! (Se abre la bragueta). ¡Chúpemelo mamita! (Katti le da un puñetazo en la cara. El taxista le da otro. Katti abre la puerta para salir. El taxista le saca el revolver). Quieta maricona, o te querés ir a ver con tu marido a la otra vida. (Katti se detiene y vuelve a cerrar la puerta). Ahora si esta mejor preciosa. ¡Quédeseme quietecita, si no quiere que le de un tiro en esa cabeza! (El taxista se baja del carro y se sienta al lado de Katti. Le coge la mano y se la pone en su sexo). Mira lo que te tengo mamita, esta pistola tiesa, calibre 38 de 8 tiros.
KATTI:
Es usted un depravado enfermo.
EL TAXISTA:
¡Entonces vos sos otro! ¡Sos un marica que te gusta que te den por el culo! Y eso es también un depravado enfermo. ¿No te parece?
KATTI:
No soy un asesino.
EL TAXISTA:
(Amenazándolo le coge la cabeza y se la clava entre de sus piernas. Katti levanta su cabeza suavemente, y mira al taxista).
KATTI:
¡Mire hermano! ¡Lo que sea! ¡Pero no me valla hacer nada! ¡No me valla a matar! ¡Déjeme ir hermano! ¡Por la virgen santísima! ¡Déjeme ir hermano! (El taxista mirándolo).
EL TAXISTA:
¡Ve este marica!, ahora no te me vas a poner a rezar. (Lo empuja de nuevo hacia su sexo, amenazándolo con el revolver). Te enseñare lo que es un depravado enfermo. Soy la violencia hecha carne, deseo y sangre. Es mi manera de contribuir con este podrido mundo; para que el mañana sea mejor. Siendo bueno no se consigue nada. Nada. Solo trabajo. Trabajo. (Katti intenta levantarse. De nuevo la amenaza). Nosotros somos los dueños de la noche y contra nosotros no hay ladrón, ni marica que pueda. No lo olvidés. (Sin que se de cuenta el taxista, Katti saca una navaja de su vestido. Se levanta y degolla el taxista. Este no puede hacer nada. Katti se baja del taxi. Se aleja en medio de la oscuridad de los puentes. Esta sonando el tema de salsa “Mata que Dios perdona” de Jorge cabrera. Oscuridad).
ESCENA X
EXTERIOR KIOSKO
NOCHE
CALLES DE MEDELLÍN
(Esta sonando el mismo tema de la escena anterior. Entra Fabián con un revolver en la mano).
FABIAN:
¿Dónde esta el Mono? ¿Qué se hizo? ¿Dónde está?
EL BANDIDO:
Fue a comprar un chorro. Que ya vuelve.
FABIAN:
(Guardando el revolver).
¡Ahí volvió! ¡Tiene el pecado encima!
EL BANDIDO:
¿Si lo tenia Orejas?
FABIAN:
No. Le raquetiamos la casa entera y no encontramos nada. ¡Yo le creo! ¡Eso lo tuvo que haber cogido El Mono!
EL BANDIDO:
El Mono dice que él no lo cogió. Casi tropeliamos por lo que dije. Yo lo vi caer allá. Esta tarde.
FABIAN:
¿No lo cogió? Entonces ¿Por qué se fue? Déjenlo quieto. Yo lo cojo pagando. Yo le doy la pela. Así me entregue lo mío ¡Se la gano! (Katti ha permanecido allí quieta. Fabián la mira.)
FABIAN:
¡Ey loca! ¿Y vos porque no te has ido? Nos estas banderiando el perche. ¡Abrite! ¡Abrite! Que todo por aquí esta caliente. (Katti le estira la mano).
KATTI:
¡Dame lo mío! O no me voy.
FABIAN:
¡Ve esta loca! Tan macha. (Fabián saca un paquetico de su bolsillo y se lo tira. Oscuridad).
ESCENA XI
INTERIOR
HABITACIÓN
NOCHE
(Suena el tema de salsa “Apartamento 21” de Willie colón. Katti entra. Lleva puestos unos ligueros rojos e interiores negros. Se pone unas medias rojas. Lleva sus labios pintados de rojos. Se encuentra frente a un espejo mirándose. Mientras baila se va vistiendo. Termina la música. Se mira al espejo).
KATTI:
¿Sabes que? Te amo. Te tengo un extraño amor. Amor de muerto. Amo tu trato. Tu insensibilidad de macho. Amo con plenitud cada segundo de tus blasfemias contra mí. Amo que me rechazaras. Que me negaras. Que me traicionaras. Que me humillaras. Amo tu educación de gritos e insultos. Amo tus burlas de lo que quería ser. De lo que soy. Y soy feliz siendo lo que soy: Una mujer. (Baila. Termina de vestirse). Soy feliz siendo un transformista que se pierden cada noche entre los ademanes, cantos y blasfemias. Buscando la esperanza de vivir un día más. De salir viva cada noche en medio de miradas de borrachos que llegan y otros que se van. Vivo en cada noche un instante. Bailando, cantando, riendo porque tengo la necesidad de amar y de vivir. Vivir con la luna. Con las estrellas. Con algo, pero amando y viviendo este mundo. Amar a Dios, pero ¿Dónde esta Dios? ¿En mi corazón? ¿En mi pensamiento? ¿Dónde Dios mío? ¿Dónde estas? (Silencio). Prefiero estar aquí, en este reflejo, aceptando lo que soy, lo que sueño. Lo que vivo. Lo que amo. Lo que tengo que no es nada. Lejos de todo y cerca de todo. Aquí. En este sueño o en esta mentira de vivir. Corriendo de noche por plena avenida oriental, y encontrándome de frente con la muerte, desfigurada por las balas. Invitándola a reír conmigo entre ladrones, policías, locos, maricas y putas. Caminando con ella de la mano. Cantando. Gritando. Llorando. Amando. Sin nombre. Solo corriendo con ella, buscando la sombra de una esquina. (Silencio).
Amo el show, el maquillaje, el vestuario.
El transformarme.
Huir en luces de mil colores.
En remolinos de viento.
Lo cambio todo.
Lo vendo todo.
Que no es nada.
Quiero evaporarme en el aroma de un sorbo de ron.
Ser éter, gas, aire, suspiro, pluma. (Se abre la puerta. Entra alguien. Silencio. Katti mira). ¡Metido! Deberías de tocar antes de entrar. Nunca lo aprendiste. Siempre queriendo sorprenderme. ¿Qué quieres?
EL PADRE:
¿Qué haces?
KATTI:
Nada.
EL PADRE:
¿Dónde esta Julián?
KATTI:
Se fue, o si quieres mejor, ahí esta. (Señalando el piso). Desecho en esa ropa que ves en el piso.
EL PADRE:
¿Estas loco? ¿O loca?, y además solo.
KATTI:
Quisiera estarlo del todo. Y no es pena para mí. Lo disfruto, como este espejo o esta silla, sin reclamar nada. Sin esperar nada. Ni importar quien viene cada noche a vernos. ¡No espero nada!
EL PADRE:
Estas enfermo. Deja toda esa fantasía y regresa a este mundo. Todo lo que haces es mentira. No existe. Son ilusiones.
KATTI:
¿Existe tú? (Silencio.) ¿Existe esta mano mía? ¿Este dedo? ¿Exitismos tu y yo aquí? No sabes que la ilusión es otra verdad y la única que me interesa y quizá más cercana a Dios. (Se transforma súbitamente. Recita entre gritos y rabia).
“yo os conjuro, tropel de sombras silentes,
Y a vosotros, dioses fúnebres, y a ti, caos
Ciego, y a ti, opaco
Alcázar del sombrío Ditis, almas
Amarradas a los bordes del tártaro,
Allá en el antro de la mustia muerte,
Libraos de vuestro suplicios y
Acorred a ese nuevo tálamo; deténgase la rueda que
Atormenta sus miembros y toque
Ixión la tierra, que Tántalo pueda a
Placer beber las hondas de pirené,
Que la peña resbaladiza que rueda
Por la espalda de Sísifo le
Deje libre
Al fin… (Silencio. Aparece El Niño. Katti lo mira).
EL NIÑO:
¡Es hermoso ese texto! ¡Hermoso! ¿Es tuyo ese texto?
KATTI:
No. No es del autor tampoco.
EL NIÑO:
¿El autor? ¿Y quien es el autor?
KATTI:
Alguien que debe estar en esta sala.
EL NIÑO:
¿El autor? ¿Dios?
KATTI:
¿Dios? No. El autor. Luego te explico. (Se vuelve hacia El Padre). ¿Crees que es mentira lo que siento cuando danzo? ¿Cuándo canto? ¿Cuándo río? ¿Cuándo lloro? ¿Cuándo amo? Si no lo sabes, es mi gran verdad. Y si mi verdad no esta en tu mundo, déjame ya. Déjame ser cualquier cosa. Cualquier cosa que me saque de esta mentira. Que me lleve al otro lado del umbral. Donde no hay dolor. Ni guerra. Ni traición. Ni envidia. Solo vértigo.
EL PADRE:
Sos un pobre hombre con pene, no lo olvides.
KATTI:
(Irónica). Soy una mujer, en el cuerpo de un pobre hombre con pene, no lo olvides. ¡Atrévete a entender eso! ¡A veces ni yo mismo lo entiendo! Me gusta ser mujer y poder encontrar en ella la ternura y la suavidad que no encuentro en los hombres. Esa es mi obsesión. O mi trauma como dirían los médicos. Mi obsesión por alcanzar la soledad de las estrellas, que no están en tu cielo. No olvidés que soy un travesti. (Suena el tema musical “La Bohemia” de Charles Aznavour. Katti hace la fono mímica. El cuarto se ha convertido en el bar. Comienza a ensayar su show. Baila y canta. Termina la música. Recita).
Medellín,
Amo tus calles
De asfalto y goma.
Amo tus noches
Prendidas como cucullos
De mil colores.
De pillos, gibaros,
Putas y ladrones.
Medellín,
Cuidad miada,
Ciudad cagada,
Ciudad huérfana,
Ciudad traqueteada.
Medellín,
Tus noches cubiertas
De escarchas de multicolores luces.
Tus noches de humo, rumba,
Perico y sexo.
Medellín,
Arbolito de navidad
Prendido,
“en noches huérfanas
De mortuorias
Constelaciones”. (3)
¡Como dueles Medellín!
Hoy que te respiro sola y fría.
¡Bébeme Medellín!
¡Vívime Medellín!
¡Mátame Medellín!
¡Eres lo único que tengo!
¡En esta despiadada noche callada y sombría!
¡Despierta Medellín!
¡Despierta!
Que la muerte ronda,
En cada noche,
En cada calle,
En cada poste,
En cada esquina,
Temerosa si el alba no llegara.
Quito en cada prenda,
Una mascara mía.
Busco en cada acto,
El silencio
De este cuerpo mío.
Busco la forma,
Busco la nada.
Cuerpo sin patria.
Cuerpo sin honor.
Cuerpo sin deseo.
Cuerpo libre.
Soy el gesto perdido,
Entre notas de licor mortal.
¡Transformo la muerte!
¡Vivo la vida!
Busco la muerte
En cada paso mío.
En cada noche
Que me despide.
En cada mañana,
Que me espera.
Busco en cada ademán
Huir de esta miseria.
Busco en cada prenda
Que me quito,
En cada prenda
Que me pongo,
Este sentido mío.
Quiero en cada noche,
Pasearme con la melancolía,
Y hacer de cada instante,
Un silencio eterno
De la nada. (Silencio).
EL PADRE:
¡Estas loco! ¡Loco de remate! Me da pena por vos. Sos un pobre loco que vive en un mundo de naipes. ¡Despierta! La gente me habla de vos, todas las inmundicias. ¡Sos una vergüenza! ¡Estas loco! (Aparece El Niño).
EL NIÑO:
(Con ironía). ¿Y quien es este hombre? ¿Quién es que me ha despertado con sus gritos sordos? ¿Quién es que te trata de esa manera? ¿Quién es? ¡Échalo a la calle! ¡Échalo! (El Niño lo observa).
KATTI:
¿Quién crees vos quien es?
EL NIÑO:
No se quien sea. Lo he olvidado. ¡Échalo a la calle! ¡Échalo! (El Niño le grita pero Él no le escucha). No me gusta y me da miedo.
KATTI:
No te dé miedo que es un pobre hombre con pene.
EL PADRE:
¿Con quien hablas? ¡Estas loca! ¡Loca de remate!
KATTI:
Eso es. ¡Estoy loca! ¡Loca de remate! Te odio. Ándate y no volvas. Déjame ya. Déjame sumergirme aquí, en la llaga de esta ciudad, que es mi ciudad. Déjame y no volvas.
EL NIÑO:
(Hacia Katti). “Antes de que fueras concebido
Te quería
Antes de que naciera
Te amaba
Antes de que hubieran transcurrido
Aquí una hora
Hubiera muerto por ti
Ese es el milagro de la vida” (5) (Hacia El Padre, gritándole).
Si ¡ándate! ¡No volvas! ¡Déjanos ya! Déjanos vivir. ¡Déjanos quedar con nuestra locura! Déjanos vivir como vive el policía, el mentiroso, la puta y el ladrón. ¡Si ándate! ¡No volvas!
(Oscuridad).
ESCENA XII
EXTERIOR
EL PARQUEADERO
NOCHE
(Entré los carros de un parqueadero que hacen un laberinto. Katti ebria recostada en silencio contra el costado de un bus. Grita).
KATTI:
¡Perro!
¿Dónde estas perro?
¡Perro sarnoso!
¡Chandoso perro!
Sal boleando tu cola de imbécil.
Ven a olerme los zapatos,
Ven a oler mi sexo,
Lamiendo mi boca. (Silencio. Se oye a lo lejos el ladrar de un perro. Grita).
¡No oyes perro!
¿Dónde estas?
¡Perro huérfano!
¡Perro sin casa!
¡Perro hambriado!
¡Perro de mis amores!
¿Dónde entre esta chatarra de carros estás?
¿En que llanta o debajo de que chasis duermes tu sueño de perro?
Ven.
¡Ven perro mío, a aullar
Conmigo a la luna,
Para que nos deje amar!
¡Perro!
¡Canino vagabundo!
Premiando perras vas.
En tu herrancia loca
Por esquinas solas de tu barrio.
¿Dónde estas perro?
¡Ven a ayudarme!
¡Perro que duerme con los carros!
¡Este sueño de hombre! (Volviendo en si).
¿Qué hago aquí, entre esta chatarra de carros?
Carros que duermen esta larga noche de silencio y frio.
Carros que abren sus bocas
Aullando con los perros.
Carros con ojos apagados
Como el silencio de la muerte.
¿Qué me miran carros?
¡Chatarra y óxido!
Carros que duermen la infatigable noche tapizada de sombra.
Perro que duermes con los carros
Este sueño de hombre.
¿Dónde estas?
¡Perro! (Silencio).
¡Todos duermen!
¡Hasta los carros duermen, menos los fantasmas, mi perro y yo! (Silencio).
¿Cuándo dejare esta miseria? ¿Cuándo dejare a todos estos pobretones? ¿Cuándo Dios mío? (Silencio). Solo espero hacer mi show en otra parte. Será muy pronto. Leo ya me ha preparado todo. ¡Me largare de aquí y pueda ser que no vuelva! Se lo gritare a medio Medellín. Y a todos esos envidiosos de provincia. Me voy a otro lugar con mi show, donde aprecien mi arte. Pero irme. ¡Ahora! (Suena el tema de salsa “Me Voy Para Siempre” de la orquesta la Di cupe. El Mono Gabriel se asoma entre los buses. Hace ruido y vuelve a esconderse. Katti mira. Va al lugar de donde viene el ruido. No ve a nadie. El Mono Gabriel se asoma por un lugar diferente. Katti se vuelve. El Mono Gabriel ya se ha escondido. Silencio. Katti va de nuevo al lugar. Se asoma y tampoco ve a nadie. Se monta sobre un bus. Allí se queda quieta. Silencio. Se acerca el Mono Gabriel. Se le tira encima. forcejean. Riñen. Se besan). ¡Te esperaba!
EL MONO GABRIEL:
¡Ya estoy aquí! ¿Quién sabe cuando te volveré a ver?
KATTI:
Si. ¿Quién sabe cuando volveremos a vernos? (Se paran acariciándose. Katti se baja los pantalones. El Mono le acaricia las caderas, mientras lo besa). ¡Métemelo! ¡Métemelo! (El Mono se abre la bregueta. Saca su pene. Katti lo acaricia, luego se lo chupa. El Mono lo levanta. Lo recuesta contra el costado del bus.) ¡Métemelo! ¡Métemelo! (El Mono le abre las caderas y le introduce su pene).
EL MONO:
¡A ver papito!
KATTI:
Hasta nunca Medellín.
Ciudad miada.
Ciudad cagada.
¡No me mereces Medellín!
¡Hasta nunca!
¡Nunca más estaré a solas contigo!
¡Suerte! ¡Ahí quedas!
¡Good bye! (Llega el Celador, alumbrándolos con una linterna).
EL CELADOR:
Hey… Hey… ¿Qué hacen ahí par de maricas? (Katti y el Mono interrumpen su amorío. Insultan al Celador. Oscuridad).
ESCENA XIII
EXTERIOR
EL PLANCHÓN
NOCHE
(El combo bebiendo y fumando, en plena noche de luna llena, sobre un planchón de un carro. Aparece Katti).
KATTI:
¡Quietos! No se muevan, ¡la policía! (Risas).
UNA VOZ:
Llegó Katti.
OTRA VOZ:
Katti. Katti mamita. Venga yo le ayudo a subir.
UNA VOZ:
Mamita hoy si estas chimbita.
KATTI:
¿Cierto que estoy muy bella hoy? (Dando vueltas). Para ustedes. Hoy es mi última noche con ustedes. Hoy es mi última luna llena en Medellín. Mañana parto para tierras lejanas. No me verán el polvero ni en las curvas. Me voy a buscar fortuna y fama, con mi show a otra parte. Nadie es profeta en su tierra. ¡Adiós Medellín! ¡Como te amo! ¡Pero no me mereces! ¡Hasta nunca Medellín! o ¡Hasta siempre!
¡Hasta nunca!
¡Ciudad miseria!
¡Tacita de plata!
¡Tacita mierda!
Me voy,
Y no regresare nunca más,
Ya no pisare más tus calles negras,
De asfalta y brea,
De putas y rameras.
Medellín,
Ciudad de locos,
Grito desesperado,
Ciudad indigente,
Explosión de plomo y ráfaga.
¡Babilonia!
¡Plaza de sexo, excremento y sangre!
Medellín,
Suspiro de quinceañera,
Melancolía de pordiosero,
Industria de humo y polvo,
Esperanza de perro hambriento.
Medellín
¡Espejo roto y sucio!
¡Tacita de plata oxidada! (Katti baila y bebe con los muchachos que la tratan como a una mujer. La besan. La acarician. La abrazan. La desnudan. La ultrajan. La violan. La escupen. Desaparece el combo. Queda Katti sola tendida y ultrajada sobre el planchón, bajo la luna llena).
KATTI:
(Grita). ¡Cacorros! (Se oye a lo lejos los perros ladrar. Luego se oyen unos tiros, entre los carros del parqueadero. Katti se levanta presurosa. Se esconde. Desde allí ve como matan al Mono, que cae al suelo. Se queda en silencio escuchando).
UN HOMBRE:
¡Allá callo! ¡Allá callo! (Silencio).
OTRO HOMBRE:
¡Míralo aquí! ¡Míralo aquí!
UN HOMBRE:
¡Dale duro a ese marica! ¡Dale duro!
(Se oyen los tiros). ¡Vamos! (Aparece El Niño por entre los buses del parqueadero que hacen un laberinto).
EL NIÑO:
Katti quédate con migo. ¡No te vas Katti! Mira que esos gringos no te dejaran entrar. Quédate conmigo Katti. ¡No te vas! ¡Quédate! Vení que algún día, Medellín será mejor. Quédate mi linda Katti. ¡Quédate Katti! ¡Quédate conmigo! Katti mi amor. Linda mía. Ya se que Medellín no promete nada, pero quédate soñando conmigo esta sucia y absurda ciudad.
(Oscuridad).
ESCENA XIV
EXTERIOR
AEROPUERTO NEW YORK
NOCHE
(Llega al aeropuerto N.Y, Julián, quien viene de Colombia. Se dirige a la sala de equipajes. Recoge sus maletas. Se dirige a la salida. Mira a todas partes con sorpresa. Ve a lo lejos, detrás de un gran ventanal, Leo le blande un pañuelo rojo. Julián con alegría hace lo mismo. Corre hacia él. Los separa el vidrio. Un civil corre tras él. Este le toca el hombro. Julián se detiene. Lo mira).
UN CIVIL:
(Con un documento en la mano). ¿Es usted Julián Cristian Lopera, de nacionalidad Colombiana?
JULIÁN:
Si. Soy yo.
EL HOMBRE:
Debe volver a la oficina de migración. Usted ha sido declarada persona no grata en los Estados Unidos de Norte América. (Suena el tema de mambo salsa “Mambo Cool” de René Grant”. Julián se vuelve hacia Leo que lo miras tras el vidrio. Corre. Grita).
JULIÁN:
¡Leo me van a deportar! (El hombre corre tras Él. Julián se pega al vidrio. Lloran se hablan. No se escuchan). ¡Me van a deportar Leo! ¡Me van a deportar estos hijos de perra! Estos hijos de perra. ¡Ya no podre mostrarte mi gran velada! (Grita). ¡Leo!... ¡Leo!... (Leo pegado al vidrio ve como se llevan a rastras a su amigo. Queda con el pañuelo rojo en su mano).
EL HOMBRE:
¡Acompáñame! (Se lo llevan).
JULIÁN:
(Grita). ¡Monos hijos de puta!
(Oscuridad).
ESCENA XV
INTERIOR CASA
DÍA
(Julián en el lavadero. Llega El Padre con una toalla roja sobre su hombro y una vasenilla rosada en su mano, al verlo, el Padre arroja la vasenilla al piso. Sale).
JULIAN:
(Tras él). ¿Sos muy hombre? ¿Pensas que vas a atropellarme cada vez que te de la gana? Yo también soy un hombre y llevo por dentro un gamín, lo más bajo de este mundo, y si vos sos el Padre, yo soy el hijo. Prefiero cien maricas sucios hermosos y no un hombre frustrado como vos.
EL PADRE:
Este es mucho sucio y además marica. ¿Cuándo dejara de estar en mi casa?
JULIÁN:
¡Estas sólo! ¡Sos un hombre frustrado! Tranquilo que cuando se muera, yo le hecho todos estos hierros viejos que tiene ahí. Y si cabe le hecho estos muros. Le hecho toda esta miseria. Llegar a viejo como usted. Prefiero morir joven y marica. Hacerme un cadáver bien formado y no un muerto arrugado por la rabia. Usted es el ocaso yo el amanecer. Usted es la soledad del general yo marica y relajado.
EL PADRE:
¡Pedazo de marica! (Suena el tema “Mambo del Cartero” de hermanas Montoya con Pérez Prado. Julián canta y baila. Se dirige a su pieza. Toma algunos accesorios y se va transformando en mujer. Aparece El Niño).
EL NIÑO:
Papá ¿Por qué tratas así a katti? Déjala que ella nació mujer. ¡Atrévete a entender eso papá! ¡Ni yo mismo lo entiendo! Tiene pensamientos de mujer en el cuerpo de un hombre. No es una mujer, pero tampoco es un hombre. (Silencio). No sabes papá, que cuando te mueras no te llevaras nada. Deja ya esa rabia papá. Me gustaría que te murieras de una vez papá, y nos dejaras en paz, pero ¿sabes papá? Katti morirá joven. Morirá primero que vos Papá. Vos la veras morir. ¡Esa es la vida! ¡Katti se bebe la vida de un solo sorbo! ¡Katti vive la vida como si se fuera a acabar! ¡Se bebió hasta su amargura papá!
(Oscuridad).
ESCENA XVI
INTERIOR BAR
DÍA
(Luciano, el cantinero arregla los vasos. Katti en silencio parada en la pista).
KATTI:
Aquí de nuevo escondiendo mi pena y mi vergüenza. Después de haber hijueputiado a medio Medellín. (Aparece El Niño).
EL NIÑO:
¡Viste! ¡No te lo dije! Que esos monos no te dejarían entrar. Esos creen que no hay otra parte en el mundo, a donde ir. ¡Que se metan su sueño Americano ! Se creen con el poder de tratarnos como le da la gana. Se creen los enviados de Dios. Se creen la verdad en la tierra. ¡Pobres hombrecitos! Los coge una gripa y los vuelve papilla. ¡Ánimo Katti! ¡Ánimo! Yo estaré siempre con vos. En esta y en la otra. ¡Ánimo Kati! Que no es tiempo de morir. Porque los muertos bastantes son ya. ¡Te amo Kati! Vení conmigo. Sigamos soñando juntos las calles inútiles de esta ciudad.
KATTI:
¿A dónde iré ahora? Me tocara volverlos a ver a todos. ¡Malparidos gringos! (Silencio). ¡Bueno aquí estoy de nuevo! “Medellín a solas contigo” (6) Bebiendo sorbo a sorbo, este trago amargo, y saboreando esta derrota. Enfrentando cara a cara las mascaras de placer y odio que me guardan mis amigos.
¿Qué hacer Dios mío? (Grita). ¿Qué hago?
¡No quiero celador!
¡No quiero ser bombero!
¡No quiero ser negociante!
¡No quiero ser policía!
¡No quiero ser reciclador!
¡No quiero ser político!
¡No quiero ser indigente!
¡No quiero ser paramilitar!
¡No quiero ser alcalde!
¡No quiero ser guerrillero!
¡No quiero ser educador!
¡No quiero ser regalado!
¡No quiero ser cura!
¡No quiero ser patronista!
¡No quiero ser salvador de nadie!
¡No quiero vivir con la cabeza agachada!
¿Qué hacer Dios mío? (Grita). ¿Qué hago? (Suena el tema de salsa “Sofrito” de Mongo Santamaría. Se transforma. Se pone algunos accesorios. Ahora es la zorra roja la gran Diva. Baila. Termina la música. Recita).
Medellín,
¡Eres un mal que se lleva pegado del culo!
Tus noches, ocaso de la esperanza.
Tus noches, cubiertas de escarchas de multicolores
Luces.
Aquí de nuevo Medellín,
Como vedette de bares, tabernas y cantinas.
Y junto con borrachos, policías, gamines y ladrones
Deambular de nuevo cada noche,
Entre nota y nota,
Del tango que suena y calla
Para volver a empezar.
Medellín,
¡No queda más que amarte!
¡Sos un vértigo de luces
Que al mirarte provocas!
¡Correr de bruces sobre las luces!
Gritos y canciones,
De putas enamoradas que llegan,
Con sus amantes y otras que se van.
Medellín,
¡Como te sueño Medellín!
¡No se que hacer! (Silencio). Seguiré de nuevo en mis viejas andanzas. Seguiré con mi show, pero esta vez tendrá nuevas cosas. (Aparece El Niño).
EL NIÑO:
(Riéndose a carcajadas. Con ironía). ¿Cosas nuevas? ¿Qué cosas nuevas? No me digas que hay cosas nuevas. ¿Qué de nuevo? Si ya nos conocen hasta el culo. (Silencio).
KATTI:
Claro que las hay. Ya lo veras. Porque si no hay nada nuevo moriría junto con esta ciudad. Y eso no le importa a nadie, sino a cinco o diez borrachos que nos acompaña cada noche. (Al cantinero). Debo ensayar mi show para la próxima semana. ¡Espero sorprenderlos a todos! Hay detalles por arreglar. Usted ya sabe Luciano, que esto de ser mujer tiene sus secreticos.
LUCIANO:
¿Qué haces ahora?
KATTI:
Ensayo el show que pienso estrenar aquí en el bar. Es mi gran show: Canto, bailo, actuó y me desvisto. ¿Qué te parece?
LUCIANO:
¿De que se trata?
KATTI:
Se llama “La Muerte De La Zorra Roja”, es la historia de un transformista que hace un show, donde baila, actúa y se desviste. Le toca presenciar un crimen. El de su propio amante. Motivo por el cual, tiene que esconderse tras de una mujer para poder sobrevivir. ¿Qué te parece Luciano?
LUCIANO:
¡Me gusta! Es una buena historia. Me despierta curiosidad. Me gusta el titulo. No me la perderé. Prometo que aquí estaré.
KATTI:
Mientras tanto me puedes ayudar en los ensayos.
LUCIANO:
¿Qué puedo hacer yo? Si soy el cantinero.
KATTI:
Mirarme y decirme si te conmuevo o no. Me dirás que no entendiste o que sentiste cuando me observas. O yo que se. Cualquier cosa me dirás. (Katti va a un rincón. Se pone una peluca y voltea hacia Luciano coqueta.) y ahora querido Luciano ¿Qué te parece? (Luciano la mira sorprendido. Katti coge un micrófono y comienza a cantar. Juega en torno ala barra. Se sube a las mesas. Se va poniendo elementos de mujer. Se va transformando sutilmente en la diva. Se apagan unas luces se prenden otras. Suena una banda que se encuentra en penumbra en un rincón del bar). ¡Soy La Zorra Roja La Gran Diva! ¡Tengan ustedes muy buenas noches! Y que se diviertan, como nunca lo hicieron con sus esposas. Quiero esta noche divertirlos con sus propias inmoralidades. Muestro lo más bajo de ustedes, porque a ustedes les gusta. Pongo en mi boca las palabras más vulgares. Los gestos más bajos. Las muecas más feas. Porque a ustedes les gusta. (Con violencia. Saca un cuchillo grande). ¡Quisiera en cualquier momento sacarle cuchillo hasta a la persona más decente! (Cambia de actitud). Quiero compartir con ustedes luego que cada uno me done un billete de diez mil pesos para gastos de función. El performance que verán esta noche lleva por titulo “La Muerte De La Zorra Roja”. (Termina la presentación con la música. Se apagan las luces se prenden otras. Con violencia). Hay veces dan ganas de gritarles al mundo lo hijueputas que son.
¡Amar a tu prójimo!
¿Amar a cual prójimo?
¿A cual de tantas arpías que tengo en torno mío?
¿En un mundo tan desigual,
Tan adverso, tan cruel,
Tan despiadado,
En el que uno vive?
¡Piden lo que no son capaces de dar! (Silencio). Somos ladrones, sicarios, putas, canallas, traidores, asesinos, porque esa es la pulsión de cada uno por vivir a su manera, esta locura. Cada uno sueña su manicomio y el mío es ser travesti. (Silencio. Hace como si se fuera a cortar el cuerpo con el cuchillo).
“yo me voy a hacer cortaduras por todo el cuerpo, me voy a tatuar, quiero volverme horrible como un mongol ya veras aullare por las calles. Quiero volverme loco de rabia, jamás me muestres joyas” (7)
¡Yo se que por la plata baila el perro! (Mira a Luciano, que la observa en silencio). Esto no es del espectáculo Luciano.
LUCIANO:
¿No? Pensé que lo era. Me conmovió. Y suena bien.
KATTI:
Para ustedes queridos y decadentes machos. Buscadores cansados del sexo usado, mientras sus esclavas arrullan la tristeza, abandonadas en el rincón de la cama. (Vuelve y suena el tema del comienzo. Canta y baila. Se va desvistiendo al compás de la música. Esta casi desnuda frente a Luciano. Entra alguien al bar. Oscuridad).
ESCENA XVII
INTERIOR BAR
SHOW
NOCHE
(Aparece Katti entre sillas y mesas, danzando como una gata. Suena el tema “Rosas Esquirlas”. Danza en torno a una barra. Sensual. Coqueta. Mira a los clientes en las diferentes mesas. Para la música. Coge un micrófono y canta).
KATTI:
Rosas esquirlas
De tu desnudo cuerpo.
Del ritmo desquebrajado y flaco.
Ojos huecos que miran,
Mi alma.
Boca hueca que habla.
Sin saber que habla,
Mi vos.
¿Donde? ¿En este mundo
Mi lugar esta?
¿Donde?
Dadme algo, algo.
Para aferrarme a esta vida.
Dadme la luna, las estrellas.
¡Algo!
Dadme a Dios; pero,
¿Dónde esta Dios?
¿Donde?
¿En mi corazón?
¿En mi pensamiento?
¿Qué buscamos?
¡Nada!
¿Qué es esto? (Cambia de actitud).
Quiero estar aquí, lejos de la guerra.
Lejos de la miseria y con la miseria.
Aquí, en este sueño o en esta mentira de vivir.
(Vuelve y suena la música. Sigue siendo una gata. Se dirige bailando, sensual, hacia una mesa donde está un hombre sentado solo. Va vestido de cachaco. Lo invita a bailar. El hombre duda. Luego acepta. Bailan. El hombre introduce su mano en el bolsillo de su saco. Katti con curiosidad. El hombre saca la mano empuñando una tarjeta. La desliza entre sus dedos. Se la da a Katti. Paran de bailar. El hombre sale. Katti mira la tarjeta. Piensa. Sale del bar. En la calle espera un taxi).
EL PORTERO:
¡Solo show! ¡Solo show! ¡Solo show! ¡Venga entre! No se lo pierda: Katti en función. ¡No se la pierda! ¡Solo show! ¡Solo show! ¡Solo show! (Llega un taxi. Katti se sube. Oscuridad).
ESCENA XVIII
INTERIOR TAXI
PUENTES DE LA ORIENTAL
NOCHE
(Esta sonando el tema de salsa “Mata Que Dios Perdona” de Jorge Cabrera. El moribundo ve como Katti sale corriendo y alejarse de los puentes, en la oscuridad. De pronto se prende la bombilla de un taxi. Se ve la silueta de Katti corriendo. Se prende otro foco, de otro taxi. Y otro. Katti corre. Lo rodean los taxistas. Se bajan de sus carros. Unos con navaja, otros con machetes, otros con varillas y otros con cualquier cosa en la mano. Se quedan junto a sus carros. Aparece el Niño).
EL NIÑO:
¡Ya termino Katti!
¡Ya termino!
Mañana será otro día.
Mañana recogerán tu cuerpo, como un N.N mas de esta encrespada ciudad. Innombrable. Invisible. Sin importarle a nadie, más que a estas calles, y a este amanecer que fueron tus confidentes. “Nadie te vera porque la infamia es invisible” (8) Mañana socarronamente, la gente comentara ¿A quien mataron? ¿Quién fue el muerto? Y otros responderán: Dicen que un travesti de la calle. ¿Quién sabe que habrá hecho? ¡Por nada no lo matan a uno! ¡Por algo lo mataron! (Los taxistas apagan las luces de sus carros. Aumenta el sonido de la música. Asesinan a Katti. Se montan en sus taxis y se marchan. Dejando atrás el silencio de los puentes y el cuerpo indefenso de Katti. Tirado en el asfalto. Oscuridad. Queda sonando el tema de salsa “Mata Que Dios Perdona” de Jorge Cabrera).
FIN
1. Texto de la obra “Medea” de Séneca.
2. Frases sacadas de un poema de Jorge Luis Borges.
3. “Itinerario” poema de Mario Benedetti.
4. “El milagro”
5. Titulo de un libro de Gonzalo Arango.
6. Poema de Arthur Rimbaud.
7. Frase sacada del libro “Memorias del flamenco” de Félix Grande.
Glosario
· Jíbaro: Dícese de la persona que expende marihuana y otros estupefacientes, a los drogadictos.
· Vareta: Uno de los nombres, con el cual se conoce a la marihuana. Tiene muchos. Entre los conocidos: Cannabis sativa, Marihuana, Gaya, Moño, Hierba, Punto rojo, Mango biche, Blond, Cripa, Cáñamo, María Juana, Cilantro salvaje, Batatilla.
· Pegar: Matar a alguien.
· Un armao: Un cigarrillo de marihuana.
· Pirobo: Tratar a alguien de homosexual o marica.
· Bocón: Persona que habla mucho. Chismoso.
· Tropeliar: Pelear.
· Coger pagando: Sorprender a alguien en el momento justo.
· La pela: Pegarle a alguien para que aprenda. Para que coja escarmiento.
· Banderías el parche: Agitar un lugar con la presencia.
· Torcer: Traicionar a alguien.
· Entrar al baile: Hurtar algo alguien, sin que se de cuenta.
· El parche: Lugar de reunión de las galladas de muchachos.
· Estar caliente: Estar en peligro de muerte.
· Pillos: Personas dedicadas a realizar acciones delictivas.
· Traquetiada: Decadente, enferma, moribunda, usada, peligrosa, violenta.
· El combo: Reunión de personas, reunidas en un lugar determinado, por lo general para realizar acciones fuera de la ley.
· Raquetiar: Esculcar o inspeccionar un lugar determinado o persona.
· Caer: Ir a un lugar determinado.
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